martes, 4 de junio de 2013

Orchis ustulata

Martillean los hierros contra el negro concreto , martillean suenan y llaman , viene el percusionista mas pesado , el tren de las tres, no se sabe si es alegre o monótono su martillear , algunos piensan que es solido como el suelo que transita ,otros gritan,!se va a desarmar!, yo,yo no pienso nada cuando lo veo pasar , lo e visto tantas veces, lo e visto tantas veces pasar.

El sol lo corona en ocasiones , se filtra , se entretiene atravesando sus residuos blancuzcos y el coloide cobra tonalidades al mejor estilo de un baile de salón,dorados y plateados,casi perfumados , de esos  bailes del San Jose elegante ,de antaño , no del sucio y pegajoso reino de los adictos y las putas que transitamos callados.

Alguna que otra semana,entre Agosto , o era Abril? , lo baña la lluvia,lluvia ecuatorial de este trópico necio e incomodo , no se porque pero parecía emitía un aura verde , como si mágicamente se llenara de musgo, como si fuera un misil que viajara en el tiempo al San Jose sin españoles ,  en el bosque mas profundo, de esos que ya no existen  lo veía pasar , martilleando raicez destrozando los suelos , !desgraciado tren maldito! le gritaba , mas no me escuchaba o no quería escuchar , caprichoso invasor de metal pensaba el perezoso musgoso.

La Señora Blanca todos los días antes que el concierto de martillos empezara , sembraba un frijol ,pequeño rebelde y negro , como su esposo mosquito,entre el espacio pedregoso ,entre el  riel y el otro riel , y me decía al oído ,sujetándome la oreja con sus leñosos dedos ,-Cuando menos lo esperes ,el frijol va a crecer gigante y lo va a romper,vamos a poder dormir en paz,mientras tanto no me queda mas que entregarme al piso mojado y dejar que me salgan orquídeas por la boca-

Eran hermosas las orquídeas.