viernes, 21 de abril de 2017

Quiéreme aunque me hagas mal

La noche, se me divide con un corte horizontal cuando entre rugidos me despierta su sonrisa.

Cierro mis parpados como pesados telones para disfrutar del espectáculo de su presencia.

De su voz inaudible que jamás se levantó contra mí.

De sus manos certeras y dinámicas en las que reposo en silencio.

De su pecho, que he monopolizado como mi almohada.

Del café de sus ojos que funciona solo en mi dirección.

De su corazón musgoso, que derrito en mis aguas.

Del ritmo de su cuerpo y del dolor de mis caderas.

Del eco de sus gemidos con mi nombre bordado.

Y de sus mordiscos de algodón que me disfrazan de rojo los muslos.

Cierro mis parpados como pesados telones, con una plegaria por eternidad y sonrisas horizontales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario